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Una fantástica y dolorosa explicación del caso “Tokisha”

Una fantástica y dolorosa explicación del caso “Tokisha”

Tokischa y el mensaje que los padres y la sociedad dominicana no deben ignorar.
Cuando leí por primera vez en las redes información sobre Tokischa me despertó curiosidad, más por los comentarios despectivos hacia la chica que por lo que sabía de ella.
Esa curiosidad me llevó a echarle un ojo a sus redes y a lo que hace, y mientras lo hacía la veía escandalosamente irreverente e incorregiblemente grosera , pero totalmente ella y pude entender completamente el desprecio de muchos.
Con sus letras explicitas y su fuerte contenido y ademanes sexuales Tokischa es una invitación ambulante al pecado y la lujuria que se está convirtiendo en un fenómeno de la música urbana nos guste o no.
Por los poros le brota el barrio, es un retrato de la cruda realidad juvenil dominicana. Una realidad de la que muchos no tenemos idea porque preferimos darnos golpes de pecho, voltear al otro lado o juzgar tales acciones con aires de superioridad y una doble moral que nos carcome la capacidad de mirar más allá de la superficie.
Anoche la curiosidad me ganó una vez más y decidí mirar la entrevista a esta chica y debo confesar que como mujer adulta y madre me dieron unas ganas inmensas de abrazar a esa chica que con voz pausada y sin remordimiento alguno narraba las atrocidades vividas desde una corta edad. No pude evitar abrazar una vez más a mi hija de ocho años y decirle te amo y me gustas tal y como eres.
Lo que esta jóven cuenta en su entrevista es el día a día de miles de niños y jóvenes dominicanos, desde el sentimiento de abandono que sienten los hijos de inmigrantes que son forzados a vivir sin el contacto y el calor de sus progenitores a cambio de tener cubiertas necesidades básicas, hasta los peligros a los que están expuestos los menores en los barrios del país, lo fácil que es conseguir drogas, la prostitución, la falta de apoyo emocional que brindan los centros educativos dominicanos, el desprecio al que son sometidos quienes no caben en el patrón de niños buenos diseñado por el sistema, la descomposición familiar y como nuestra sociedad en general le falla a diario a los menores de edad fueron expuestos de una forma clara y concisa.
Su contenido musical, el que aclaró no está dirigido a menores, y el que creo que como todo contenido de este tipo solo busca entretener y no educar como pretenden muchos, es una forma de expresión, una narración de lo que es su vida y la de los que como ella crecen en la marginalidad, en el abandono y en la lucha constante por ser vistos, escuchados y tomados en cuenta. No es muy diferente al contenido del bachatero Luis Vargas, quien en los años 90 batía records de popularidad sin que nadie lo calificara de endemoniado o sinverguenza.
Con esto no estoy justificando a esta jóven, pues ni ella misma trata de hacerlo. En la entrevista se le ve como una muchacha muy segura de si misma, con ganas de seguir comiéndose el mundo de manera irreverente, pero también como alguien que trata de seguir adelante luchando contra traumas generacionales y cargando a cuesta las consecuencias de una familia rota y disfuncional.
No voy a compartir la entrevista aquí en mi página, pero sí me gustaría invitar a quienes son padres o tutores de menores a mirarla sin juicios, como hice yo anoche. De ella confirmé lo que la maternidad ya se ha encargado de enseñarme, y es que nuestros hijos sobre todas las cosas en este mundo quieren amor, tiempo, sentirse aceptados, protegidos y escuchados y que si no podemos ofrecerles lo que necesitan tarde o temprano encontrarán la manera de obtenerlo fuera de casa y no siempre encontrarán lo conveniente, pues en cada esquina del barrio el peligro acecha.

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