Liderazgo Político Ficticio de los pueblos
Por Rafael Santos
El autor es periodista, reside en Salcedo
La palabra ficticio viene de ficción y esta no es más que las ideas que tienen ciertas personas para creerse cosas que en realidad no existen o no son, dichos de otra manera, que solo viven en la psiquis de quienes se creen algo cuando en realidad no son nada
Y eso es precisamente lo que se viene observando en las diferentes ciudades en donde algún@s se han creado en su cabeza la idea de que son o ejercen algún tipo de liderazgo en sus respectivas comunidades y ya con esto se creen tener el derecho de aspirar a posiciones políticos-electorales.
En base a creerse que son líderes, hay quienes los observamos aspirando a un determinado cargo electivos, olvidando que para poder sustentar esas pretensiones se debe tener primero como mínimo un trabajo social realizado a favor de determinado segmento social en los pueblos, pero sobre todo ser humilde y no creerse como algunos que porque poseen los recursos suficientes y tener una vida holgada, ya la población se debe sentir en el deber de santificarlo y escogerlo como su representante a determinada posición y eso no se llama ser líder, eso se llama ser abusador, usurpador, logrero, pero sobre todo y de acuerdo a nuestros humildes conocimientos politológicos, tener falta de visión con relación a la idea que se tiene sobre lo que es el verdadero liderazgo de los pueblos.
En estos tiempos en donde observamos a muchos que quieren ponerse el traje de politic@, pero sobre todo el de líder, reflexionamos y pensamos y a la vez nos preguntamos, que dónde estaban muchos de los que buscan el favor del electorado cuando nuestras provincias los han estado necesitado ya sea para resolver uno de esos problemas que por circunstancias de la vida se presentan cuando hay un marcado descontento con algunas que otras de las medidas tomadas o por la carencia de o la falta de obras para los pueblos?.
Entendemos que el trabajo social es vital y el roce con las gentes son elementos de primerísimo orden para poder llegar a las masas populares y así granjearse la simpatía de quienes en los sectores diversos de nuestros pueblos tienen el soberano poder de elegir a quienes nos dirigirán.
Muchos se creen, repito, por encima del bien y del mal, no se creen humanos y hasta marginan, creyéndose que un día no se van a morir y que por igual al pobre su cuerpo pasará a ser comida de los gusanos y combustibles para la tierra.
Ese liderazgo que muchos se creen que tienen, no es más que un trasnochado ego de superioridad puesto de manifiesto, sobre todo en tiempos pre electorales, en donde al creerse la gran vaina se meten en la tómbola, solo contando con la auto seguridad de que serán ellos los elegidos para ocupar los cargos electorales, olvidando al parecer, de que raramente la sabiduría popular se equivoca y por ende, siempre termina dándole los merecidos latigazos a quienes con su prepotencia y su falso amor al pueblo pretenden continuar sacándole la lengua para desde las posiciones deseadas seguir burlándose como siempre los han hecho en su miserable existencia.
El verdadero líder no humilla, tiene roce con la sociedad, no se cree por encima del bien y del mal, es directo en sus apreciaciones, no solo está " al lado del pueblo " para sacar las ventajas y provecho por lo que un día "regaló".
El líder tiene una sonrisa franca, ve de frente y no hace malas críticas, es leal tanto con los que hoy están como con los que también ayer estuvieron con él, es sincero, practica no solo la lealtad como principio ético, sino que hasta se convierte en un ejemplo de decoro y armonía.
El líder escucha cada latir de su conciencia y pone en práctica valores sensatos con los cuales se gana el sincero aprecio de quienes los observan.
Ser líder no es solo colocar uno o dos afiches o vallas con un tipo de sonrisa camaleónica que ni siquiera ellos mismos se las creen, no, ser líder es abrir su conciencia y como decía el ex vice república, el doctor Jaime David Fernández Mirabal cuando fue pre candidato presidencial por el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) es sencillamente, “PONER EL OIDO EN EL CORAZÓN DEL PUEBLO”.
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