PN determina verdadera identidad de presunto sicario dominicano
La Jefatura de la Policía determinó hoy la verdadera identidad del sicario dominicano apresado el mes pasado en Andrés, Boca Chica, por su presunta participación en el asesinato de cinco jóvenes chinos-panameños, cuyos cadáveres fueron enterrados en una casa, y estableció que éste había escapado de la cárcel de Najayo a finales del año 2004, donde se encontraba preso por el secuestro de un comerciante oriental.
La Policía dijo que tras una exhaustiva investigación, realizada en coordinación con la Junta Central de Electoral (JCE), se pudo determinar que el prófugo capturado es GilbertoVentura Ceballos, quien logró obtener documentos, tales como cédula y pasaporte, con el nombre de Fermín Antonio Taveras Rodríguez (Ángel Betancourt).
La institución del orden precisó que Gilberto Ventura Ceballos y/o Fermín Antonio Taveras Rodríguez, fue apresado en octubre del año 2004 por el secuestro del comerciante chino Wonny Ho Wong, por cuyo rescate sus familiares pagaron 1,500.000.00. Fue sometido junto al ex sargento del Ejército Nacional Fernando Carela Trinidad.
Los archivos policiales reflejan que Gilberto Ventura Ceballos y/o Fermín Antonio Taveras Rodríguez, logró escapar de la cárcel de Najayo, San Cristóbal, en fecha 30 de noviembre del año 2004, a penas un mes después de haber sido apresado y sometido a la justicia.
La Policía precisó que en los archivos de la institución Gilberto Ventura Ceballos y/o Fermín Antonio Taveras Rodríguez, figura que fue arrestado y sometido a la justicia en enero del 2003, luego de estafar a los propietarios del Colegio Arco Iris, con 8,000.00 en efectivo, haciendo pasar como inspector del Instituto del Seguro Social.
Se recuerda que Gilberto Ventura Ceballos y/o Fermín Antonio Taveras Rodríguez, fue apresado y repatriado a Panamá, por estar implicado junto a otras personas, en la muerte de los jóvenes Yesenia Lou Kam, de 18 años; Young Wu Ken, de 27; Sammy Zenq Chen, de 19; Yoel Liu Wung, de 19 y Georgina Lee Chen, de 18 años. La matanza fue perpetrada en la población de Chorrera, 30 kilómetros al oeste de la capital. Las víctimas habían sido secuestradas para pedir rescate por ellas.
Su arresto se materializó en la calle Primera, número 9, de Andrés, dentro de un tanque lleno de agua, donde se sumergió para tratar de evadir la persecución policial.
Al ser detenido, con la asistencia del Ministerio Público, el prófugo presentaba cicatrices en la yema de los diez dedos de sus manos, producto de una operación que le fue practicada, con la intensión de borrar sus huellas dactilares.
También se cambió el color del pelo, de negro a rubio, para tener un aspecto diferente.
0 comentarios