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Palabra diaria

Palabra diaria

Toda persona es mi hermano o mi hermana.

Armonía
Crear un mundo de armonía se logra una persona a la vez y comienza conmigo. En unidad consciente con el Espíritu divino, enfoco mi atención en fomentar la paz en mí. Esa paz se extiende a mis relaciones personales con mi familia y mi comunidad, a mis hermanos y hermanas alrededor del mundo.

Dios mora en cada persona. Si alguna vez me siento separado de alguien, doy los pasos necesarios para restablecer la armonía. Trato a los demás con amor y respeto.

Recuerdo que todos estamos vinculados; en el universo de Dios no hay extraños. La separación no existe. Cuando nos vemos unos a otros como miembros de una gran familia, el mundo se une en armonía perfecta.

-Deuteronomio 10:19
“Amaréis, pues, al extranjero, porque extranjeros fuisteis en la tierra de Egipto”.

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