Una navidad sin luces ni brillo
De navegandoenmispensamientos
Hace varios días transitaba junto a mi abuela por las calles de está abrumadora ciudad y nos dimos cuenta de que la navidad se apagó este año. Es muy raro encontrar en un balcón las tradicionales luces titilantes y con música que le aportaban colorido a las vías de Santo Domingo.
También, muchas personas han dejado de colocar los arbolitos, las coronas llenas de flores en las entradas de las casas, ya no hacen las fiesta pre-navidad al ritmo de los merengues de Félix del Rosario; y parece como si diciembre no llegó y estuviéramos aún estancados en el mes pasado.
Es duro para este país, para los que perdieron todo por las tormentas Noel y Olga y hasta para los que no fuimos afectados por estos desastres celebrar esta época del año. A mi se me encoge el corazón y se humedecen mis ojos cuando recuerdo esas imágenes de dolor, angustia y muerte que centenares de nuestros compatriotas vivieron. Se que así se sientes algunos.
Entonces, es cierto que el brillo se convirtió en lugubridad y que las luces vivaces ahora son tenues, pero aún así debemos guardar una dosis de esperanza en la despensa y abrazarnos para darnos ánimo.
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